No basta con atender únicamente al material del que están elaboradas: el cartón corrugado, un material reciclable que en principio podría ir a parar sin problemas al contenedor azul, aquel que se destina al papel y al cartón.

El principal problema es que la pizza suelta aceite, un líquido graso, así como otros materiales pringosos que mojan el cartón y lo deterioran, como el queso.

Son varios expertos y organizaciones que indican que lo más adecuado es no tirar las cajas de pizza sucias al contenedor azul, sino al contenedor gris, el destinado a los residuos domésticos, al igual que las servilletas usadas o papel manchado de comida. La recomendación procede de organizaciones como Greenpeace o Ecologistas en Acción.

Los expertos insisten: la caja contamina el papel y el cartón limpio, estropeando el proceso de reciclaje y deteriorando su calidad, ya que en las plantas de reciclado no se puede separar la fibra del papel de las grasas. El material se mezcla, tritura y moja parra hacer una pulpa o masa para el material reciclado, que tendrá menos calidad si los residuos están sucios.

En todo caso, una solución alternativa es separar y cortar las cajas de pizza, tirando al contenedor azul aquellos trozos limpios que no estén manchados de aceite y otros ingredientes.