Limpiar el horno es un proceso tedioso. Pese a que, por supuesto, es preciso hacerlo con frecuencia, si no quieres tener que recurrir constantemente a químicos fuertes y abrasivos lo mejor que puedes hacer es prevenir la acumulación de suciedad en la medida de lo posible. Te damos varios trucos para ello.
Cómo evitar la suciedad del horno
- Usa bandejas para evitar los líquidos que chorrean y las manchas. Para ello, coloca una fuente o recipientes de aluminio en la reja inferior o base de tu horno antes de hornear. Este punto es clave con comidas como asados, guisados o tartas, que dejan residuos y salpican.
- Cubre la base del horno con aluminio. Una hoja acomodada en la base una vez a la semana, o hasta una vez al mes, hará que la limpieza sea rápida. Asegúrate de que no toque ninguno de los elementos que emiten calor, y no cubras las ventilaciones dentro del horno. Sustituye el papel cuando se ensucie por un nuevo.
- Rocía sal sobre las chorreaduras. Como acción rápida se trata del mejor remedio. Espera a que el horno se haya enfriado, rocía la mancha con sal y deja que repose durante unas horas antes de limpiar.
- Limpia las manchas en cuanto te des cuenta, ya que las incrustaciones de grasa se solidifican y días o semanas más tarde, son más complicadas de limpiar.
- Como te recordamos en este artículo, existen diferentes soluciones caseras de limpieza. Pasar un paño mojado con vinagre y agua. Emplea bicarbonato de sodio para limpiar las chorreaduras difíciles.
- Utiliza tu mecanismo de auto limpieza si tu horno tiene uno, pero no esperes a que esté lleno de grasa antes de usarlo.
- Jamás introduzcas tu mano y/o brazo en el horno caliente. Es muy fácil rozar los elementos calientes y quemarse severamente.