¿Sabías la gran cantidad de objetos cotidianos que puedes limpiar con sal? Este producto empleado para dotar de sabor a los alimentos es ideal para absorber diferentes tipos de manchas, llegar a rincones difíciles de tu hogar o incluso funcionar como exfoliante para tu propia piel.
Si todavía desconoces las potenciales aplicaciones de un producto tan ecológico como económico, no te las pierdas a continuación.
Objetos que puedes limpiar con sal
- Mármoles y encimeras: Puedes poner sal sobre estas zonas y después, pasar un limón cortado por la mitad. Deja que pase toda la noche y limpia todo con un paño y agua caliente.
- Ollas y sartenes con comida pegada: La sal puede convertirse en tu gran aliada para que se desprendan la suciedad y la grasa más difíciles. También vale para limpiar cuando se te cae un huevo al suelo.
- Limpiar manteles o ropa de manchas: La sal es ideal para quitar restos de kétchup, sopa o salsa de los manteles. También, con ayuda del agua con gas, para quitar las manchas de vino. Y, por otro lado, es eficaz con las manchas de sudor de la ropa. Tendrás que disolver cuatro cucharadas soperas de sal en un litro de agua caliente y quitar las manchas con una esponja o paño.
- Neveras sucias: La sal en este caso permite tanto ayudar a descongelar la nevera como dejarla impoluta y libre de malos olores.
- Zapatos olorosos: En compañía con el bicarbonato durante toda una noche, la sal contribuye a evitar los malos olores.
- Desagües sucios: Una combinación de sal y agua caliente evita la acumulación de grasa y la aparición de malos olores.
- Bañera limpia: La sal te permite desinfectar, junto con el limón, el baño, el lavabo o la bañera. Además, si dejas tus cortinas de baño en remojo evitarás la aparición de moho.
Esto no es todo: la sal en cornisas, puertas y ventanas evita la entrada de insectos; también limpia tazas de café manchadas y alarga la vida de las esponjas. Y si tienes jarras muy hondas, la sal gorda en combinación con el vinagre es idónea para limpiarlas a fondo.